Las hierbas aromáticas son plantas distinguidas por sus aceites volátiles que desprenden aromas agradables. Además de sus usos en la cocina y medicina, poseen un papel importante en nuestra vida diaria, como ingredientes de productos para el hogar y nuestro aseo personal.
Por curioso que parezca, los perfumes primitivos eran compuestos basados en grasas animales calentadas, que se mezclaban con ingredientes de hierbas aromáticas y al enfriarse se utilizaban como ungüentos que se aplicaban en la cabeza y al irse fundiendo su aroma se liberaba gradualmente.
Fue desde la época de los romanos cuando se desarrollaron diferentes clases de perfumes, ungüentos sólidos, líquidos y perfumes en polvo, los cuales eran muy populares después del baño. La lavanda que perfumaba el agua caliente de los baños romanos se fue asociando cada vez más con el aseo tanto personal como doméstico. La primera receta para la fabricación de agua de lavanda data de 1615, y esta se empezó a utilizar como una hierba para esparcir y para poner en bolsas que refrescaba el ambiente o como ingrediente de productos antipolilla y en cera para prevenir que se apolillaran los muebles. El olor desagradable del jabón que hasta en el siglo XIX se fabricaba hirviendo grasa animal con ceniza de madera se disimulaba añadiéndole lavanda. Las ceras perfumadas y los ramitos de flores y hierbas aromáticas se utilizaban contra el contagio de enfermedades, especialmente durante las epidemias.
La elaboración de aromas para el aseo personal y de la casa se hacía con recetas familiares que pasaban de manos de madres a hijas. Las casas tenían una habitación separada en la que se colgaban además de la lavanda otras hierbas como la manzanilla, menta, ruda, perejil, cilantro y romero recién cortadas del jardín o huerto, que junto con otras especias y materiales se convertían en ceras, jabón, saquitos, agua de flores y popurrís.
Hoy en día, tú también puedes traer el aroma natural de las hierbas aromáticas a tu hogar, por medio de velas y perfumes hechos en casa, y más aún, tú mismo puedes cultivarlas.
¡Anímate a cultivar y compartir tu amor por la naturaleza!
Por Victor Jiménez